Desde sus inicios, Ernesto Naranjo ha creído en la importancia y la necesidad de apostar por una industria justa e inclusiva. Ser responsable tanto con el medio ambiente y con todas las personas que forman la cadena de producción de las colecciones ha sido uno de los pilares fundamentales de la marca.
Volver a sus raíces, al sur de España, después de pasar gran parte de su carrera creativa entre Londres y París, fue una de las decisiones por la que apostamos al crear la marca. Apoyar el comercio local, las tradiciones, la mano de obra artesana y experta es sin duda uno de las principales apuestas de Ernesto Naranjo.
Ser sostenible con el medio ambiente pero también con las personas que forman tu equipo y el lugar donde vives. Respetar el entorno, conservar sus comercios y valorar el saber hacer de personas artesanas y su valor cultural y social.
Crear puentes entre jóvenes artesanos y artesanos senior. Entendemos que la unión hace la fuerza y nos debemos a nuestros mayores, a su conocimiento y experiencia.
La diversidad e inclusión son ramas que pertenecen al ADN de Ernesto Naranjo. La comunidad y todos los miembros que la forman son necesarios. Su visibilidad y representación es indiscutible. Desfiles y campañas publicitarias donde tener ejemplos de cuerpos, géneros, razas y religiones es una obligación por parte de la marca.
Entender al consumidor, su forma de vida, sus relaciones y preocupaciones es parte de nuestro compromiso. Un consumidor que no cree en las tendencias y que apuesta por una moda atemporal, por la reutilización de prendas de temporadas previas, por la calidad y la artesanía.